Mírame y ten misericordia de mí porque estoy solitario y afligido.
Es el Dios que hace habitar en familia a los solitarios y saca a los cautivos a prosperidad; pero los rebeldes habitan en sequedales.
Yo me acosté y dormí. Desperté, porque el SEÑOR me sostuvo.
En paz me acostaré y dormiré; porque solo tú, oh SEÑOR, me haces vivir seguro.
No permitirá que resbale tu pie ni se adormecerá el que te guarda.
En vano se levantan de madrugada y van tarde a reposar comiendo el pan con dolor; porque a su amado dará Dios el sueño.
Cuando te acuestes no tendrás temor; más bien, te acostarás y tu sueño será dulce.
¿No lo has sabido? ¿No has oído que el SEÑOR es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable.
Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor.
Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen.
Bueno es el SEÑOR para los que en él esperan, para el alma que lo busca.
Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.
Bueno le es al hombre llevar el yugo en su juventud.
Se sentará solo y callará, porque Dios se lo ha impuesto.
Pondrá su boca en el polvo, por si quizás haya esperanza.