Mas si desde allí buscares al SEÑOR tu Dios, lo hallarás; si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.
Pon asimismo tu delicia en el SEÑOR, y él te dará las peticiones de tu corazón.
Vuelve hacia el SEÑOR tu camino; y espera en él; y él hará.
Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu rectitud como el mediodía.
Mejor es mi fruto que el oro, y que la piedra preciosa; y mi rédito mejor que la plata escogida.
¶ Lo que el impío teme, eso le vendrá; mas Dios da a los justos lo que desean.
Porque yo derramaré aguas sobre el sediento, y ríos sobre la tierra árida. Derramaré mi Espíritu sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
A todos los sedientos: Venid a las aguas. Y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis, y andaréis en mis caminos y oraréis a mí, y yo os oiré;
y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia (o rectitud), porque ellos serán saciados.
Y Jesús les dijo: YO SOY el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Lleguémonos pues confiadamente al trono de su gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para la ayuda oportuna.
Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad los corazones.